Astorga se alza sobre la llanura, dominando el horizonte desde el alto que precede a San Justo de la Vega. Esta ciudad es uno de los puntos clave del Camino de Santiago, reconocida por su riqueza histórica y patrimonial. Su estratégica ubicación como cruce de caminos la convirtió en un enclave fundamental durante la época romana, siendo el lugar donde confluyen el Camino Francés y la antigua Vía de la Plata.
Origen romano y legado medieval
Astorga nació como una importante ciudad romana, centro del comercio del oro extraído de las minas de Gallaecia y Asturica. Su posición como nudo de comunicaciones queda reflejada en las numerosas calzadas que la atravesaban, incluyendo la Vía de la Plata. Aún hoy, en el tramo de entrada al casco urbano, el peregrino puede caminar sobre algunos vestigios empedrados de aquellas antiguas vías.
Durante la Edad Media, el auge del Camino de Santiago devolvió a Astorga su esplendor. De esta época destaca su muralla, cuyos cimientos romanos fueron reforzados con torres semicilíndricas. Aunque tradicionalmente se atribuía su construcción a los romanos, las evidencias sugieren un origen medieval temprano, posiblemente dañada por las tropas de Almanzor y reconstruida en el siglo XIII bajo el mandato del obispo Nuño. En el siglo XVIII, aún se conservaban cinco de sus puertas, entre ellas la Puerta del Sol, entrada principal para los peregrinos que se dirigían al convento de San Francisco.
Hospitales y conventos: la huella jacobea
Cerca del convento de San Francisco se ubicaba el hospital de peregrinos de San Esteban, gestionado por una cofradía homónima y documentado desde el siglo XV. Astorga llegó a contar con al menos cinco hospitales, fusionados posteriormente en una única institución benéfica.
El convento de San Francisco, según la tradición, habría sido fundado por el propio santo de Asís, aunque los registros más antiguos lo sitúan hacia 1273. También en esta época surgió la judería de Astorga, cuyo recuerdo perdura en nombres como la Rúa das Tyendas, cerca de la actual Plaza Mayor.
Joyas arquitectónicas: de la catedral a Gaudí
Entre sus monumentos más destacados se encuentran:
- La Catedral de Santa María: Iniciada a finales del siglo XV, su construcción se prolongó hasta el siglo XVIII, mezclando estilos gótico, renacentista y barroco. En su interior destacan las vidrieras del siglo XVI, la Virgen de la Majestad (románica) y el impresionante retablo mayor, obra de Gaspar Becerra con influencias de Miguel Ángel.
- El Palacio Episcopal: Diseñado por Antonio Gaudí en 1889 por encargo del obispo Grau Vallespinós, es una joya del modernismo catalán. Hoy alberga el Museo de los Caminos, con una notable colección de arte sacro.
Otros lugares de interés
- Iglesia de San Bartolomé: Conserva restos medievales.
- Ayuntamiento: Edificio del siglo XVIII con un llamativo reloj de autómatas en su fachada.
Astorga, con su pasado romano, su legado jacobeo y su riqueza monumental, sigue siendo una parada imprescindible para todo peregrino.